Hablaba la lluvia, cuando ella quedó muda.
Las palabras se escondieron en las nubes
que cada vez le hacían más sombra
No aguantó más y desató la tormenta,
cuando abrió la boca.
Y en sus ojos, todavía enojados, asomaron dos gotas
que lo decían todo,
cuando paró la lluvia.








Será porque no estabas?
Será porque no me alcanza el recuerdo?
O no serán suficientes mis sueños?
Que salí y vi en mi patio, 
hoy,
la mitad de la luna.